El embarazo de Marianela Mirra fue la comidilla de los medios en los últimos días. Ahora, la familia de la mediática ha salido desmentir que existiera el embarazo y trata de dar por tierra con todas las especulaciones sobre el tema.
En realidad, la familia Mirra no hizo una desmentida oficial, lo que no correspondía porque tampoco nadie se hizo cargo oficialmente de la noticia. Fue solamente un chisme que nació en el sitio primiciasya.com y fue rápidamente reproducido por los sitios de Tucumán.
La desmentida del embarazo se hizo en un círculo cercano a la familia e incluso comentarios "off de record" a medios cercanos al núcleo familiar.
Los sitios reflejaron los comentarios de los lectores que demostraron, en algunos casos, ingenio y creatividad y en otros casos, mala intención, vulgaridad y -por qué no- una alta dosis de resentimiento amparados por el anonimato.
En eldiario24.com, hubo muchos comentarios. Todos fueron respetados y publicados por nuestro medio porque, antes que nada, creemos en la libertad de expresión, aun en aquella que se hace con malicia. Y este respeto nace del convencimiento de que solamente el pleno ejercicio de la libertad nos enseñará a convivir.
También dentro de los comentarios hubo voces de aliento a Marianela de parte de gente que se identificaba como amiga de ella.
Quien desarrolla una actividad de alta exposición en los medios -farándula y políticos, por ejemplo- siempre están a merced de los dichos del público que los observa.
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